
Se buscó nuevamente por cada sitio en donde nació y murió. Se buscó en los mordizcos que noche a noche le daba a la luna para seguir sus secretos.
Se buscó en los destellos de su sombra, en los trazos de su madera, en el líquido de sus palabras.
El cristal del mundo paralelo era tan diferente a lo que había planeado que con pasos firmes casi temblorosos se acercó a ese placar construido de miradas y agarró sus alas...
De repente, dicen, que un huracán con aroma flores recorrió cada rincón del planeta, cada refugio de un país, cada cueva desde Isla Verde a Mar del Plata y viceversa...
Los que vivieron ese momento comentan, que hojas cibernéticas hechas de relámpagos marcaron un camino que regalaba magia, que irradiaba calor, que escribía risas y canciones. Todo fue inexplicable. Todo sucedió en menos de un cerrar y abrir de ojos...
Abrió sus ojos e intentó buscarse y esta vez se sintió libre, al fin había despegado...
Se buscó en los destellos de su sombra, en los trazos de su madera, en el líquido de sus palabras.
El cristal del mundo paralelo era tan diferente a lo que había planeado que con pasos firmes casi temblorosos se acercó a ese placar construido de miradas y agarró sus alas...
De repente, dicen, que un huracán con aroma flores recorrió cada rincón del planeta, cada refugio de un país, cada cueva desde Isla Verde a Mar del Plata y viceversa...
Los que vivieron ese momento comentan, que hojas cibernéticas hechas de relámpagos marcaron un camino que regalaba magia, que irradiaba calor, que escribía risas y canciones. Todo fue inexplicable. Todo sucedió en menos de un cerrar y abrir de ojos...
Abrió sus ojos e intentó buscarse y esta vez se sintió libre, al fin había despegado...